Ashwagandha: la guía completa

 

 

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La ashwagandha, también llamada Withania somnifera, no debe este nombre a la casualidad. Y por una buena razón, gracias a su acción relajante y equilibrante, mejora significativamente la calidad del sueño. Se puede decir que actúa contra los trastornos del sueño y el insomnio. Con ashwagandha, volverás a dormir como un bebé.

También combate el cansancio crónico y reduce los signos de fatiga gracias a sus propiedades energizantes. A menudo se combina con las bayas de goji para luchar eficazmente contra la falta de sueño y el cansancio.

La ashwagandha actúa favorablemente sobre el sistema nervioso y el estado de ánimo y ayuda a reducir los efectos del estrés y la ansiedad. Esta planta adaptógena también se usa en el contexto de la depresión y el agotamiento y promueve la calma y la relajación al regular las energías físicas y mentales.

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La ashwagandha promueve el desarrollo y la recuperación muscular. Además, si la combinas con la espirulina, multiplicarás sus efectos. Energiza el cuerpo durante el ejercicio y mejora el rendimiento físico, la resistencia y la resistencia.

La ashwagandha tiene una acción revitalizante y energizante, muy adecuada para deportistas. ¡Un empujón de energía garantizado!

También actúa a nivel mental, ya que mejora las funciones cognitivas, incluida la memoria y la concentración. Para este uso, a menudo se consume con su contraparte, el ginseng.

La ashwagandha actúa contra los trastornos digestivos: obstrucciones intestinales, inflamación, estreñimiento crónico, espasmos intestinales, síndrome del intestino irritable.
Regula la digestión y previene el riesgo de úlceras intestinales y estomacales. ¿Su mejor aliado? ¡El psyllium!

La ashwagandha también promueve una función hepática saludable, actúa contra la diabetes y contra el colesterol malo.

La ashwagandha activa la producción de folículos pilosos y estimula el crecimiento del cabello. Regula los niveles de corticoides y disminuye la caída del cabello y previene la calvicie. También actúa contra las canas manteniendo el nivel de melanina, la fuente del color del cabello. La ashwagandha también limpia el cuero cabelludo y elimina la caspa.
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La ashwagandha también actúa contra el envejecimiento y la sequedad de la piel y promueve la producción de colágeno. Reduce las arrugas, líneas finas e imperfecciones. Facilita la cicatrización, a menudo se usa como cataplasma contra llagas y heridas. También es eficaz contra la inflamación de la piel, incluido el acné.

La ashwagandha actúa contra el envejecimiento celular. Tiene una acción preventiva contra el cáncer de mama, colon y pulmón, y también contra los tumores. Además, mejora las defensas inmunitarias y contribuye al buen funcionamiento del organismo. Está especialmente indicado en periodos de convalecencia porque favorece la recuperación.

Este superalimento también alivia la inflamación, se recomienda en caso de dolor articular, especialmente artritis o reumatismo.

La ashwagandha también te ayuda a luchar contra infecciones, bacterias y virus: resfriados, fiebre, asma, conjuntivitis y muchos otros. También previene el riesgo de intoxicación alimentaria y protege al organismo frente a bacterias como la salmonela.

La ashwagandha estimula la libido, aumenta la producción de hormonas sexuales y combate contra la disfunción eréctil. También actúa en caso de trastornos hormonales, menstruaciones dolorosas e infertilidad. Además, reduce algunos síntomas y efectos secundarios de la menopausia como sofocos, dificultad para dormir y sudores nocturnos.

 

Se sabe que la ashwagandha actúa contra el estrés y los trastornos relacionados con el cansancio, y combate eficazmente el insomnio, contribuyendo considerablemente a la mejora del sueño. Se utiliza en tratamientos preventivos y curativos, por sus propiedades regeneradoras que protegen y fortalecen el organismo.

Los médicos también le prestan una acción contra la infertilidad, contra la libido baja y los trastornos de erección, así como las variaciones hormonales.
Además, se sabe que desarrolla las funciones cognitivas, incluida la memoria. Se están realizando estudios para determinar su eficacia en el tratamiento de trastornos de la memoria y afecciones como la enfermedad de Alzheimer.

¿Peligro, efectos secundarios o contraindicaciones?

 

 

 

La ashwagandha se consume en diferentes formas: principalmente en polvo, extraído de las hojas secas y la raíz, y en cápsulas. También se utiliza en el cuidado de la piel y el cabello.
Debido a su efecto sedante, es mejor consumirla por la noche. Sin embargo, en pequeñas cantidades, no hay contraindicaciones durante el día.

A menudo se consume a modo de cura puntual. Se recomienda espaciar las curas (algunas semanas de cura y luego una semana de descanso entre cada cura).
La mayoría de las veces se toma en forma de cápsulas y la dosis recomendada es generalmente de 800 mg (alrededor de 2 cápsulas por día dependiendo de la dosis de las cápsulas).
En polvo, no exceder los 5g/d. La puedes incorporar fácilmente a tus comidas diarias. Para mezclar por ejemplo, en tu batido, compotas, cereales y muchos otros.
Esta planta mágica también se puede consumir en infusión, de 1 a 2g por tisana. Dos al día serán suficientes.

 

 

Un consejo: la ashwagandha tiene principios activos muy potentes, por lo que se recomienda aumentar su consumo gradualmente para darle tiempo a tu cuerpo a acostumbrarse. ¡Así que hazlo poco a poco!

Una regla ineludible es asegurar el origen, procedencia y calidad del producto. Recuerda que calidad es igual a eficiencia. Un producto poco concentrado, de mala calidad, resultará ineficaz. Desafortunadamente, es inevitable, ¡pero tenemos la solución!
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